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Parte 2/5 del relato del chico de la grúa

 Después de que se le bajara un poco la erección, salimos del restaurante  para coger el coche e ir a su casa. Mi cabeza no paraba de pensar en  todo lo que podía hacer con esa polla ni en las ganas que tenía de poder  probarla con mi boquita; así que imaginaros como tenia de mojado el  coñito y claro, al no llevar bragas, se me manchó todo el vestido por  detrás jajaja. Vi que él estaba un poco nervioso, así que mientras él  conducía de camino a casa, no dudé en intentar animarle para que se  fuera soltando. Entre broma y broma le iba comentando lo que me gustaba  que me hicieran: le comentaba que me encantaba chuparla, que era un  vicio para mi, también que me gustaba que me azotaran, me follaran el  culito... vamos, lo que todos vosotros ya sabéis!!! 

 Me fijé y vi que así conseguí que su pollón se pusiera duro de nuevo, y  no tuve más remedio que preceder a desabrocharle sus pantalones para  poder meter mi mano dentro de sus calzoncillos y volver a sentir su  herramienta bien dura (no os imaginais como estaba, a punto de estallar,  notaba como palpitaba y le llegaba toda la sangre a su polla,  impresionante). Yo la acariciaba lentamente, le miraba a los ojos y con  mi mano libre empezaba a acariciar mi clítoris, que estaba más sensible  que nunca, bien gordo, palpitando... Solo con rozar lo, mi coñito se  empezó a mojar de nuevo, mientras soltaba pequeños gemidos entrecortados  por lo cachonda que estaba. Cuanto más crecía su polla, más cachonda me  ponía, y más ganas tenía de poder tragar me la entera y saborearla por  fin.

 Cuando su polla estaba más dura que una piedra, a más no poder, no dudé  en bajarle un poco su ropa interior para poder tenerla frente a mi y por  fin ver lo que escondía, me había imaginado durante toda la noche como  sería su polla, la había visto marcada en el pantalón; pero claro, así  solo te haces una idea... Y por fin la vi: bien gorda, un poco mas que  mi puño, las venas marcadas,un capullo muy mono, ni grande ni pequeño,  la polla rosada, con una peca en el lado izquierdo y el tamaño... Ufff,  un buen tamaño, yo diría que rondaba entre los 26, 28 cm (Se me hizo la  boca agua jajaja) Cuando la vi, como si fuera un acto reflejo,   inmediatamente me abalancé sobre ella para lamerla de arriba a abajo; no  pensaba en nada, solo en probar su polla, en descubrir después de toda  la noche como sabría, y he de decir que me encantó, no se si por lo  cachonda que estaba, pero no podía parar de lamerla y saborearla...

 Ufff, joder, nunca había tenido tantas ganas de tragar polla como en ese  momento. Empecé lamiendo la puntita, mientras él se estremecía e  intentaba mantener su concentración para que no tuviéramos un accidente  (no hacerlo en casa eh!). Bajé con mi lengua, de arriba a bajo,  abarcando todo lo que podía para no dejar ni un hueco sin lamer, también  le escupía un poco en la puntita, llenándola bien de saliva, y mientras  caía yo intentaba que no manchara nada y la atrapaba otra vez con mi  lengua para esparcirla bien. Cuando estaba bien mojadita, bajé hasta  llegar a los huevos, y no me pude resistir a comérmelos, mientras con mi  mano le pajeaba muy despacito; no paraba de gemir, cada vez que lo  hacía, me daban más ganas de metermela entera en la boca... Él no paraba  de jadear y decirme que siguiera, y con cada jadeo yo no paraba de  ponerme más y más guarra, como si no tuviera fin, meneando mis caderas  para que el viera que estaba con muchas ganas de  polla.

 Continué pajeandole más fuerte, mientras mi boca volvió a subir hasta su  punta lamiendo su pollón,sin dejar de mojarselo, hasta que llegue a la  puntita. Sin dudarlo ni un segundo, me la metí entera en la boca, todo  lo que podía, hasta que me entró una arcada... (JODER que ganas tenía de  tenerla toda dentro de mi boca y ver hasta donde me la podía tragar)  Así de cachonda estaba!! Quería que él se sintiera como yo, para que la  primera embestida que me diera fuera bien fuerte y poder sentir toda su  polla reventándome. Seguí tragandomela sin parar, cada vez entraba más y  la sentía bien dura dentro de mi garganta, mientras no dejaba de  pajearla más fuerte. 

 Mi coñito no aguantaba más, estaba demasiado mojado, y yo estaba  deseando sentir su polla al fin dentro de mi, así que mientras le  pajeaba y le miraba a los ojos con cara de zorrita, le dije que parara  el coche, que estaba deseando ponerme a cuatro patas sobre el capó para  que me follara sin piedad y no aguantaba hasta su casa. Él casi no podía  ni hablar, como durante todo el trayecto, pero no tardó en encontrar un  camino medio abandonado y enseguida aparcó. Cuando apagó el motor, me  bajé enseguida del coche y con toda mi cara  me puse en el capó, con el  culito en pompa, y mi coñito preparado para recibir el primer pollazo.  Se quedo embobado, mirando mi culo mientras se hacía una paja por encima  del pantalón, así que tuve que decirle que o me follaba o me follaba,  que si se quedaba tanto mirándome me iba a dar algo jajaja. Rápidamente  se bajó los pantalones y los calzoncillos, y cogiéndome del pelo y  tirando hacia él, me dijo susurrándome al oído: prepárate zorra, te voy a  follar como nunca lo han hecho, me has puesto bien cachondo toda la  noche, y por fin te voy a reventar como querías.

 Ufff, fue escuchar esto, y no dude en pegarme más a él para que me la  metiera ya, le gemí como una zorrita, no podía ni hablar, lo intentaba  pero me cortaban los gemidos, le quería pedir que me la metiera de una  vez pero estaba tan guarra que no me salía ni una palabra, solo gemidos.  Acercó su punta, rozó mi coñito, mi cuerpo se estremeció y yo le  supliqué que me follara, pero el cabrón solo la rozó, desde el clítoris  hasta la entrada. Yo me movía intentando metermela, pero él se resistía,  me pegó un azote y me dijo: ahora mando yo! Ufff, como estaba! (Como  sabéis me encanta ser sumisa la mayoría de las veces y ver como un  ''desconocido'' me dominaba me volvió completamente loca). 

 Con su polla golpeó mi clítoris, haciendo que empezara a gemir y que  volviera a suplicarle que me la metiera ya de una vez, me di cuenta que  le encantaba que le suplicara por su polla... Pero en vez de eso, me  agarró del cuello y empezó a azotar mi culito, despacito. Por cada azote  que me daba, me agarraba más fuerte al capó e intentaba gemir, pero me  cogía con fuerza del cuello y solo se escuchaba un leve sonido, sin  darme cuenta iba poniendo cada vez más el culo en pompa, para que  siguiera azotándolo como él quisiera. Cada vez me azotaba más fuerte, yo  intentaba gemir cada vez más alto y mi coño se mojaba aún más... Esto  no podía terminar bien!

 Después de darme 10 azotes en una nalga y dejármela bien rojita, me dijo: Quieres que te folle ya?
 Mi coño se abrió inmediatamente, pensando que al fin iba a recibir la  follada que tanto rato llevaba esperando... Pero en vez de polla, empecé  a recibir más azotes, en la otra nalga. Estaba muy cachonda, y aunque  estaba deseando sentir su polla dentro de mí, cada azote que me daba me  gustaba más, y quería que no parara, a pesar de que me dolía, pero el  dolor se convertía en placer y me hacia querer más y más.

 De repente, me cogió del cuello, y me susurró al oído: sé que lo estás  deseando, pero aun no te voy a follar. Nos metimos en el coche, yo más  cachonda que nunca, y él con su polla bien dura, y nos fuimos a su casa.  El resto del viaje se me hizo eterno...

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